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Reportaje

Familia Perales: “Echamos de menos el trasiego en la puerta de casa”

Los Perales hacen, como todos los españoles, cuarentena en su hogar, con la salvedad que su habitáculo es el Estadio La Rosaleda.

Andrés Perales lleva toda una vida afincado en La Rosaleda. Sí, tal y como se lo están imaginando, su casa está en el propio estadio. Desde su llegada al extinto CD Málaga en 1966, ha sido chófer oficial, jardinero, conserje, delegado de campo, vigilante e incluso masajista. Toda una vida dedicada al malaguismo. En Paseo de Martiricos s/n sita el hogar donde Andrés ha criado junto a su esposa Antonia a sus siete hijos: Paco, Koki, Conchi, Kike, Lola, Mónica y Andy. Una amplia generación de blanquiazules de cuna en el más estricto sentido de la palabra. Hoy Andrés tiene 83 años y vive con el menor de sus hijos; Andrés jr., o como es más conocido, Andy.

Ambos comparten confinamiento en el recinto donde hasta hace algo más de un mes unos 22.000 malaguistas animaban a su equipo en LaLiga SmartBank. Hoy, tras 28 días de cuarentena, el panorama en el templo blanquiazul es muy distinto.

Un estadio tan grande y vacío, debe impresionar…

Sí impresiona, pero ya estamos a acostumbrados un poco a los días de fiesta y vacaciones cuando apenas hay nadie.

¿Cómo lleváis el encierro en casa?

Lo llevamos bastante bien, imaginamos que al tener tanto espacio es un punto positivo. Somos afortunados dentro del confinamiento, poderlo hacer en un lugar privilegiado. Mis hermanas y yo participamos en la desinfección del estadio, ¡es la limpieza de nuestra casa a lo grande!

Andrés padre ha visto muchas cosas en su vida, pero como esta…

Nuestro padre es mayor y afirma que nunca en su vida había vivido esta crisis tan profunda y a nivel mundial.  Dice que recuerda cuando embargaron al antiguo CD Málaga, lo dejaron vivir dentro de las instalaciones solo a él junto con mi madre, Antonia, y sus dos hijos menores. Fue una temporada dura, no contábamos con ingresos por la incertidumbre del club. Él trabajaba por las noches en un taxi que un amigo le  dejaba, así entraba algún dinero en casa. Con el taxi podía comprar gasoil para abastecer a las máquinas del césped. Papá se encargaba de cortar el césped y mantenerlo hasta que llegase una nueva directiva. Gracias a Dios todo cambió.

¿Tenéis esperanza en que pronto se retome la normalidad y vuelva el fútbol?

Claro, nosotros lo que queremos es trabajar, ver al equipo entrenando de nuevo y conseguir mantenernos en Segunda cuanto antes. Si logran subir a Primera, mucho mejor.

¿Qué echáis más de menos en vuestra rutina habitual que ahora no podéis hacer?

Llevamos 28 días en confinamiento y la verdad se echa de menos el trasiego de personas y vehículos por la entrada de la casa. Tened en cuenta que las instalaciones se usan de lunes a domingo las 24 horas del día, no solo son en los partidos y entrenamientos. Son el personal de mantenimiento, oficinas, almacén de la tienda, utilieros, niños de La Academia MCF que vienen todos los días a rehabilitación, el mantenimiento del césped, etc...

La última, ¿qué mensaje mandáis a la ‘Familia Malaguista’?

Somos malaguistas y somos positivos, siempre remontamos. Mucho ánimo y compromiso, todos podemos hacerlo. Sobre todo, esperamos que todos los afectados se encuentren mejor de salud.