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Reportaje

Ben Barek, historia viva del Fútbol malagueño y marroquí

Decir 'Ben Barek' en Málaga o 'Abdallah Málaga' en Marruecos es sinónimo de Fútbol con mayúsculas. Y no porque Abdallah Ben Barek El Antaki haya sido uno de los grandes jugadores del extinto C.D. Málaga y componente de la selección de los 'Leones del Atla

Abdallah Ben Barek El Antaki nació el 2 de febrero de 1937 en Rabat (Marruecos), entre las murallas del Palacio de Mohamed V. Hijo del chófer real, Abdallah comenzó a dar sus primeras patadas a un balón junto al entonces príncipe y posterior rey de Marruecos Hassan II. Su carrera como futbolista se inició en Marruecos, en el Stade Marocain, tras abandonar su residencia en el Palacio Real a la edad de 10 años. Sin haber cumplido aún los 18, Ben Barek, cuyo nombre futbolístico coincidía con el del mítico jugador del Atlético de Madrid Larbi Ben Barek ‘La perla negra’, dio el salto a España para incorporarse a las filas del Granada Club de Fútbol en la temporada 57/58. Un año más tarde, Abdallah llegó al extinto Club Deportivo Málaga, para no abandonarlo hasta su retirada en 1968. Como jugador, Ben Barek comenzó a despuntar como extremo derecho. Su progresión le llevó a ser convocado hasta en 12 ocasiones por la selección marroquí juvenil y 8 veces con la absoluta. Con el combinado de Los Leones del Atlas, 'Pajarito' consiguió proclamarse campeón de África, viéndose obligado a disputar una repesca ante un país europeo para acudir al Mundial. Curiosamente, el rival que se cruzó con los norteafricanos fue la España de Di Stéfano, que la dejó sin billete para el Campeonato de Chile.

Además de por el fútbol, la vida de Abdallah Ben Barek quedó más vinculada a Málaga cuando se casó, a la edad de 26 años, con una malagueña con la que además tendría una hija que hoy ya le ha hecho abuelo en dos ocasiones.

En 1968, tras tres temporadas en Primera División, seis en Segunda División y una en Tercera con el Club Deportivo Málaga, Ben Barek decidió colgar las botas. No obstante, su pasión por el fútbol no le alejaría de los terrenos de juego ni una sola temporada. Tras su retirada, Ben Barek se hizo cargo como entrenador del Atlético Malagueño, filial del C.D. Málaga, y posteriormente promocionó hasta el primer equipo para ser segundo técnico de Jenos Kalmar.

Era sólo el comienzo de una prolífica carrera como técnico. El Almería, Marbella -que alcanzó un acuerdo de filialidad con el C.D. Málaga-, Alavés -al que entrenó tras aceptar la propuesta de su amigo Zárraga y rechazar una oferta del Atlético Madrileño-, Tarrasa, Córdoba y Granada contaron con los servicios del técnico marroquí antes de que regresase a la disciplina del C.D. Málaga en la temporada 1980/81, en esta ocasión como entrenador de la primera plantilla. Su siguiente paso le llevó hasta Barcelona, donde la negativa del entonces técnico del Barcelona Atlético, Torres, que no aceptó marcharse al Sabadell como quería la entidad, le impidió hacerse cargo del filial barcelonista. Sin embargo, Abdallah permaneció como técnico informador del F.C. Barcelona por algunos meses, los necesarios para darse cuenta que su sitio estaba en el banquillo y no en las gradas. Nuevamente regresaba a Málaga, en esta ocasión para colaborar con el C.D. Málaga antes de experimentar breves periplos como técnico de conjuntos como el Jerez o el Antequera.

Abdallah seguía manteniendo una estrecha vinculación con Marruecos, que ya había reconocido sus logros y méritos deportivos con la condecoración que le impuso el Rey Hassan II tras su retirada en 1968. En 1985, Abdallah Ben Barek decidió regresar a su país para aceptar el cargo de Director Técnico de los equipos nacionales del país norteafricano. Esta nueva experiencia le llevó hasta México 1986, donde Marruecos consiguió convertirse en el primer país africano que conseguía acceder a la segunda ronda de una fase final del Campeonato del Mundo de Fútbol. Hassan II, compañero de juegos en la infancia, volvía a recibirle junto a los integrantes del equipo.

Tras una etapa fructífera y exitosa con la Federación de Fútbol de Marruecos, ‘Pajarito’ regresó nuevamente a Málaga para incorporarse al C.D. Málaga, pero sin vinculación alguna a la parcela técnica. Situación, que se vería alterada en 1991 cuando aceptó hacerse cargo del primer equipo, relevando a Waldo Ramos, para intentar el asalto a Primera División. Desafortunadamente, la promoción ante el Cádiz C.F. evitó que el C.D. Málaga regresase a la máxima categoría un año antes de que desapareciese en 1992.

La extinción de un símbolo como el C.D. Málaga llevó a Ben Barek a volver a los banquillos nuevamente fuera de Málaga. El Melilla, del que se hizo cargo dos temporadas, fue su siguiente destino. Como si la historia se repitiese, Marruecos volvió a llamar a la puerta del técnico de Rabat, en esta ocasión para la preparación de su equipo Olímpico. Sin embargo, motivos familiares le hicieron regresar a Málaga en 1995, donde comenzó su brillante labor en el Fútbol Base. La Escuela de Ronda, perteneciente a la Diputación Provincial de Málaga, fue su ocupación durante siete años hasta que, el heredero de su extinguido C.D. Málaga, el Málaga Club de Fútbol, contactó con él para incorporarlo como ojeador de La Base y posteriormente, hasta la fecha de hoy, como coordinador de la Escuela de Fútbol de la entidad.

Su reconocida y admirada labor con los más pequeños, ajenos a su ilustre trayectoria en el seno del malaguismo y el fútbol en España y Marruecos, le llevó a recibir un sentido homenaje al término de la pasada campaña en el campo del Roma Luz junto a otro mito vivo del fútbol malagueño, Antonio Fernández Benítez. Para Abdallah Ben Barek El Antaki, malagueño de adopción y corazón, el cariño de los jóvenes jugadores de su Málaga, ya sea Club Deportivo o Club de Fútbol, bien merece todo el trabajo realizado: “Me emocioné y disfruté mucho. Lo cierto es que fue algo inesperado y todo lo que no se espera llega más hondo. Prácticamente soy malagueño, porque llevo más tiempo aquí que en Marruecos y he dedicado muchos años al Málaga. El momento más emotivo fue cuando empezaron a contar mi vida delante de todos aquellos niños que pueden ser los defensores del fútbol de Málaga en un futuro”.

FOTOS: Málaga C.F. / Kiko Álvarez de Toledo / Cesión de imágenes de Abdallah Ben Barek