El primer tramo del partido, clave
“No hemos entrado bien y hemos tenido tres ocasiones claras, sin entrar bien. Nos ha faltado energía y fútbol. Ha sido una primera parte irreconocible tras su primer gol, y eso no puede pasar. Ha sido una acción de transición del rival y no puedes tener miedo. A raíz de su primer gol hemos estado irreconocibles en todo, en lo técnico-táctico y aspecto mental. Es un baño de realidad, nos ha pasado en la jornada 13. Estando al límite competimos contra cualquiera, cuando bajamos un poquito cualquier rival tiene sus argumentos. Hemos hecho un cambio, teníamos que asumir más riesgos. No hay que tener miedo, hoy muchos se han dado cuenta lo que es La Rosaleda y es un aprendizaje para todos”.
Fin a la imbatibilidad
“Es la segunda derrota en 13 jornadas, en los dos últimos partidos en casa no hemos sido regulares y constante. En la primera parte, no estando bien, hemos tenido tres ocasiones. En la segunda jugada no llegábamos nunca. También las lesiones, que no es excusa. Con o sin ellas tenemos que competir y sacar los tres puntos. Es un baño de realidad de que necesitamos la mejor versión en cada partido. Hemos encajado un golpe en casa a nivel mental, tenemos que cambiar lo de la primera parte”.
Toque de atención
“La exigencia es mucha. El rival ha hecho su plan de partido con las transiciones, no hemos sabido ajustar haciéndoles correr hundiendo a su extremo. No es una situación preocupante, sino de la que tenemos que ocupar. Mucha calma y saber que la pequeña relajación que pueda haber habido, aquí no se puede relajar ni un jugador”.
Detalles y presión
“En ajedrez es jaque mate y aquí es el gol. No hemos entrado bien. Con 0-0 la de Jokin y Roberto cambia el partido. Tenemos que ajustar porque así es complicado. Es cierto que viene bien que nos den un baño de realidad y volver al espíritu amateur y a la pasión por querer. A nivel de esfuerzo no se les puede exigir más, es innegociable y lo dan todo. A partir de ahí, agitar a los jugadores en lo táctico y en lo físico. Hay que disfrutar de la presión de estar en este equipo, sin que le pueda. Hoy sí nos ha podido un poco esa presión”.
Más de 20.000 aficionados un día más
“Gracias por el apoyo, nos han empujado y esa falta de energía ha hecho que estuviéramos en campo rival. No hemos estado bien, lo hemos dado todo, tenemos que mejorar y esto es un baño de realidad. Vamos a seguir trabajando, mejorando. Aunque no se vayan contentos por lo menos que vean el esfuerzo. Hoy nos vamos con un regusto amargo”.
Seguir en nuestro camino
“Esto es muy largo. A nivel de sensaciones como local estamos dando sensaciones de regularidad. En la competición es el segundo partido que hemos perdido, no hay que mirar a los rivales. Hay un equipo que va a otra velocidad, tenemos que recuperar la nuestra de las victorias seguidas. Esto es muy largo, es un baño de realidad en todo. Este mes es un mes de supervivencia, hay jugadores que han jugado entrenando poco y tenían que jugar. No hemos estado bien, lo siento de verdad de corazón”.
La Rosaleda, un escenario exigente
“En el descanso les he dicho lo que es la presión de este escenario. La gente es exigente, viene a ver a su equipo ganar, jugar bien y que sea valiente. Es normal y hay que entenderlo. Es un grupo que es una familia y ahora es cuando más unidos tienen que estar. Hemos tenido una charla al final del partido, lo que pasa en el vestuario se queda en el templo. Ellos son los que estaban más tristes junto con el aficionado. Cabeza arriba, tocan 24 horas de duelo y el lunes empezar a entrenar, con energía. El entrenador necesita esa energía positiva y la tiene que trasladar a ellos, y el lunes a entrenar”.
