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Entrevista

Javi Pérez: “Cada día es un reto”

Hablamos con el responsable del Departamento de Infraestructuras y Mantenimiento del Málaga CF, Javi Pérez. “La labor que están haciendo mis compañeros es brutal”, destaca.

Malagueño y malaguista. Profesional, trabajador, humilde y campechano. Así es Francisco Javier Pérez López, siempre al servicio del Club para ofrecer soluciones y ahora más que nunca, por la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19.

Por fin de vuelta…

Nos tuvimos que incorporar con una serie de restricciones y adaptándonos a un protocolo de seguridad. Desde que entramos por la puerta ya venimos con guantes y mascarillas, y la desinfección es súper profunda y meticulosa. Nos ha pillado esto desprevenidos a todo el mundo, pero se están haciendo las cosas y se está siguiendo el protocolo.

Las desinfecciones, a la orden del día.

Primero hicimos una desinfección en oficinas y vestuario inicial, con pulverización, con unos trajes de seguridad, mascarillas, guantes… Fue una primera desinfección inicial. Justamente antes de la entrada para los entrenamientos tuvimos que hacer otra, y ahora todas las semanas tenemos que seguir haciendo desinfecciones.

Explícanos el procedimiento de acceso a La Rosaleda para el equipo.

El jugador, desde que entra, tiene que hacer su primera parada donde tiene su gel hidroalcohólico, sus guantes y su mascarilla. Vuelven a subirse al coche y esperan su turno para acceder al campo, porque viene ya con su ropa para entrenar. En ese momento el jugador sí se quita la mascarilla; accede al campo, pero cuando sale se vuelve a desinfectar. Al entrar se quita sus zapatillas de deporte y se pone sus botas, y ya se desinfecta sus zapatillas de deporte. Cuando se retira vuelve a pasar por otra zona distinta a la que entró, donde deja su GPS y sus botas, que se desinfectan y se limpian, y recogen sus zapatillas, se las vuelven a poner y se vuelven a desinfectar. El jugador pasa por el punto de control de salida, vuelve a coger su gel, sus guantes y su mascarilla, coge el coche y fuera.

Cumplir con las normativas impuestas, a nivel de sanidad, es una obligación.

No hay contacto, no se puede tener contacto entre ellos ni entre nosotros, el contacto como sabéis es de dos metros. Se está haciendo un protocolo estricto, pero se está cumpliendo. Es riguroso, pero es la única manera de que esto salga bien. Cada día es un reto, porque quieras o no surgen historias en las instalaciones y no te puedes saltar nunca el protocolo. Es una prueba de fuego. Tenemos el inspector de LaLiga, que nos ayuda bastante, está siempre con nosotros y vamos de la mano todos. Tiene que ser así.

Estamos en la primera etapa de un complejo proceso, aún.

En estas primeras fases no se utilizan los espacios cerrados. Ahora mismo son todo espacios abiertos, es bastante más llevadero. Cuando empecemos la otra frase será otro reto que tenemos que afrontar. Empezaremos algo más grupal, pero también escalonado. Tendremos que estar desinfectando los vestuarios y se utilizarán todos los vestuarios de las instalaciones; son seis vestuarios y va a ser algo más complicado.

Cada detalle de limpieza, cuenta.

Ahora mismo estamos centrados en el aire libre y la limpieza de todo lo que rodea al jugador y los utensilios del cuerpo técnico. Cada valla, cada cono y cada balón está desinfectado por jugador.

La metamorfosis de La Rosaleda llama, y mucho, la atención.

Las instalaciones están divididas en dos partes. Está el campo 1 y el campo 2, como lo hemos nombrado aquí dentro, donde una parte de los jugadores solamente entrenan. Acceden a una parte del parking señalizada y no se mezclan. Los del campo 1 y el campo 2 ni se cruzan.

Son maratonianas las jornadas de trabajo.

Se supone que el último entrenamiento puede ser a la una y media, y el siguiente es a las seis, pero nosotros no terminamos de desinfectar hasta las nueve de la noche, que termina el último entreno. Y seguimos limpiando el gimnasio porque tenemos que dejarlo todo preparado para el día siguiente y la verdad es que no paramos. Vamos con turnos, pero siempre hay limpieza. También los trabajos del césped, que hay que tratarlo porque le estamos dando ahora más uso.

Qué situación tan extraña la que vivís día a día, ¿no?

Hay más unión. Estamos más cerca, pero no tan cerca. Por los protocolos de seguridad tenemos que guardar las distancias, pero convivimos más con ellos. Estamos atentos a ellos, especializados en ellos. Donde va el jugador, vamos nosotros detrás. Convivimos más con ellos. Es agradable volver a estar con los compañeros, hay buen ambiente, sonrisas… Es especial.

La última, Javi. Háblanos de, como dice Basti, los ‘invisibles’ de tu departamento.

Los jugadores y el cuerpo técnico son los primeros protagonistas, pero los chicos de mantenimiento la labor que están haciendo es especial, es brutal. Tanto los que están con el primer equipo, aquí, como los que están fuera, que están haciendo una labor que no se ve aquí dentro. Pero están detrás preparando todo para después seguir aquí. El equipo de mantenimiento no para, está a ‘full’, a tope.