El sábado 29 de noviembre el Estadio José Zorrilla vivirá la 16a jornada de LALIGA HYPERMOTION. El Málaga CF se medirá al Real Valladolid CF en un nuevo compromiso liguero del conjunto dirigido por Funes. Alameda, municipio protagonista, con presencia en el cartel oficial y en el brazalete del capitán.
En la frontera natural entre la depresión de Antequera y las campiñas de Córdoba y Sevilla, se alza Alameda, un municipio que mira al horizonte desde los 430 metros de altitud que le otorga su suave meseta. El término se despliega al pie de la Sierra de la Camorra y desciende hacia el lecho del río Genil. Entre vaguadas, barrancos y extensiones de olivar, la localidad dibuja un paisaje de llanura con leves ondulaciones que se abre paso hacia el norte de la provincia. En su borde sur, la Laguna de la Ratosa, seca gran parte del año, aporta un matiz singular y ha sido declarada espacio natural protegido por la Junta de Andalucía gracias a su valor ecológico.
Su historia se teje desde el Neolítico, con vestigios que atraviesan épocas ibéricas y romanas, entre ellas las destacadas Termas que evidencian su papel como enclave estratégico en la red de calzadas del Imperio. Tras el silencio documental que siguió a Roma, un tesorillo visigodo del siglo VI confirma la continuidad de vida en la zona, antes de que, durante la etapa andalusí, Alameda quedara convertida en tierra de frontera entre Estepona y Antequera. Integrada en el Marquesado de Estepa desde el siglo XVI y recuperada su relevancia a finales del XVII, la localidad quedó finalmente adscrita a la provincia de Málaga en el siglo XIX, consolidando su identidad agrícola y un nombre que, según la tradición, alude a los álamos que antaño marcaban su paisaje.
Es imposible pasear por el pueblo y no quedarse atrapado por la belleza de sus rincones. La Fuente de la Placeta recuerda el encanto de una época en la que el agua se recogía con una caña ahuecada y un pequeño embudo, un gesto tan propio de la localidad que acabó formando parte de su escudo. Muy cerca, las Termas Romanas, declaradas Bien de Interés Cultural, muestran vestuarios, piscinas y hornos que revelan la importancia que tuvo este enclave en los siglos I al III d. C., hoy plenamente integradas en los itinerarios turísticos de la Ruta del Tempranillo. La Iglesia Parroquial de la Inmaculada fue construida entre los siglos XVII y XVIII con una arquitectura barroca, tres camarines rococó de influencia ecijana y una valiosa talla policromada de un Cristo Crucificado del siglo XIV, acompañada por una rica colección de óleos que realzan la belleza y solemnidad del templo.
La gastronomía alamedana responde al sabor de la tierra y a la tradición campesina, con el aceite de oliva y la harina como pilares fundamentales. Entre sus platos emblemáticos se encuentran el arroz con conejo o con liebre, las migas con ajo, chorizo o morcilla, y la inconfundible porra antequerana. La repostería añade dulces ligados a festividades y costumbres: pestiños, roscos, mostachones, magdalenas y mantecados artesanales.
Hay algo especial en las fiestas de Alameda, una energía que te envuelve y te hace sentir parte del pueblo desde el primer momento. Cada 2 de febrero se celebra la Candelaria, con hogueras que iluminan la noche y calles que se llenan de encuentros, historias y ese ambiente acogedor tan suyo. En mayo, los días 14 y 15, se vive la romería para honrar a San Isidro: carrozas decoradas con esmero, comidas en el campo, concursos y música que acompañan a vecinos y visitantes. Y en agosto llega la Feria, con sus casetas, sus bailes y esa mezcla perfecta entre los ritmos actuales y el flamenco de siempre.
La obra diseñada para el #RealValladolidMálaga reúne dos símbolos que definen la esencia de Alameda: en la parte superior, la Fuente de la Placeta preside la composición como emblema histórico del municipio; en la inferior, la vestimenta típica de la Romería de San Isidro aporta el color y la tradición de una de sus fiestas más populares.
¡Málaga CF es provincia!