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Victoria con firmeza en una Rosaleda estelar (3-0)

El Málaga CF se impuso sin paliativos al Recreativo Granada este sábado. Los tantos de Masllorens (PP, 10’), Dioni (21’) y Juan Hernández (82’) rubricaron el resultado final.

El MCF se reencontró con su afición en La Rosaleda 15 días después con un auténtico ambientazo. 19282 malaguistas arroparon a su equipo en la 4ª jornada de la Primera Federación, provocando una atmósfera única.

Pellicer dispuso del siguiente once: A. Herrero; Jokin, Nelson Monte, Juande, Víctor; Genaro, Sangalli, Kevin, Larrubia; Dioni y Roberto. Sus pupilos saltaron al verde con un ritmo alto, con la firme intención de dominar el cuero y llegar con frecuencia al área contraria. Ese juego intenso y fluido les permitió estrenar el marcador muy pronto. Kevin recuperó en banda izquierda un balón muy cercano al área y se introdujo por el vértice cabalgado en una gran jugada personal. El extremo mandó un envenenado pase entre líneas y el zaguero nazarí Masllorens introdujo el cuero en la puerta en su intento por despejarlo (1-0, 10’).

El gol no relajó en absoluto a los blanquiazules que fueron con hambre a por más y once minutos más tarde se produjo el 2-0. Roberto, que parecía arrinconado por la defensa rival en el flanco izquierdo del área, encontró el hueco para servir un balón mortal de necesidad a un Dioni que entraba como una exhalación. El 17, con clase y finura, sorprendió a los presentes con un remate milimétrico al primer palo para rubricar el segundo tanto del encuentro (2-0, 21’).

Los locales se encontraban cómodos y volvieron a coquetear con el gol antes del ecuador de la cita. Roberto se quedó muy cerca en el 40’, el ariete se encontró con el poste en un potente remate muy similar al que había permitido marcar a su compañero Dioni minutos antes. Con el 2-0 se llegó al descanso.

Tras la reanudación, la tónica del encuentro no cambió en exceso. El cuadro local, de hecho, estuvo muy cerca de volver a marcar en el 48’. Roberto, de nuevo, estrelló en la madera un remate propiciado de una extraña jugada. La zaga contraria no logró controlar bien un balón que calló en los pies del ariete blanquiazul a 25 metros de la puerta. El disparo, con parábola para sortear al guardameta adelantado, fue a dar al segundo palo.

Con el paso de los minutos, los locales atemperaron el encuentro y no permitieron demasiadas aproximaciones de excesivo peligro sobre su portería. El filial granadinista logró marcar en el 76’, pero en posición ilegal y fue anulado por el colegiado. 

El 2-0 parecía perpetuarse en el electrónico, pero Juan Hernández consiguió ampliarlo en el 82’. El extremo recogió un balón escupido por la zaga contraria en el balcón del área y no se lo pensó; lo metió en el fondo de la red con violencia y precisión, justo por la cepa del poste (3-0, 82’).

Los tres pitidos del colegiado sentenciaron tres puntos entre el éxtasis del público y equipo.