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Temporada 1998-1999

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Otra temporada histórica para los malaguistas. Tras el ascenso a Segunda División, el Málaga diseñó otro proyecto ambicioso con el objetivo de plantarse a corto plazo en la Liga de las Estrellas. En total, 18 fichajes a los que se sumó un nuevo inquilino en el banquillo: Joaquín Peiró, leyenda como futbolista que llegó a Málaga tras un gran campaña en Segunda con el Badajoz.

La entidad de Martiricos debutó en Liga con un recordado triunfo ante el Eibar por 2-1, en La Rosaleda, con goles de Brahim y Zárate. El equipo comenzó bien el campeonato, pero cuatro derrotas consecutivas a punto estuvieron de provocar la salida del técnico madrileño. La victoria frente al Logroñés por 3-2, con goles de Basti (2) y Catanha, disipó esa posibilidad y dio la tranquilidad necesaria para afrontar el resto del año.

A partir de ahí, el cuadro blanquiazul remontó el vuelo con un juego vistoso y ofensivo. La llegada en el mercado invernal de Edgar y Rufete contribuyó a ello. También, cómo no, un desatado Catanha que se convirtió en el máximo goleador de la categoría de plata. En la espectacular racha del equipo destacaron los triunfos ante el Sevilla en el Sánchez Pizjuán (2-3), Recreativo de Huelva (3-1) y Mérida (4-3), este último con remontada increíble tras ir perdiendo 1-3 con 'doblete express' de Mikel Roteta.

No obstante, si hay un partido para el recuerdo ése no fue otro que el Málaga-Albacete, disputado el 30 de mayo de 1999. Si el Málaga CF lograba la victoria, conseguiría el ascenso de manera matemática en la 39ª jornada del campeonato. Con una Rosaleda engalanada para la ocasión y llena hasta la bandera en un encuentro disputado a las 12:00 horas del mediodía, los manchegos se adelantaron en el marcador en el primer minuto de juego. Acto seguido, Francis Bravo, de gran lanzamiento de falta, lograba las tablas. Posteriormente, los tantos de Edgar y Agostinho dieron más ventaja, antes de otro gol visitante ya en el segundo tiempo (3-2). Tras el pitido final -el encuentro fue arbitrado por un jovencísimo Undiano Mallenco- se desbordó la alegría y el júbilo embargó a jugadores, cuerpo técnico, directivos y aficionados, que saltaron al terreno de juego a celebrar el ascenso a Primera División. Más tarde, toda la ciudad se echó a la calle para celebrar otro histórico ascenso. Málaga volvía a estar en el selecto grupo de élite del fútbol español. El equipo, además, acabó la Liga como campeón de Segunda División.

Catanha, con 26 goles, fue el máximo realizador del equipo aquella campaña (anotó 2 en la Copa para un total de 28). Ruano y Edgar, con 6 tantos, quedaron por detrás del ariete hispano-brasileño.